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domingo, 13 de abril de 2008

un muy cutre homenaje

ya hace tiempo del fin de semana de regreso a Ávila para despedir a mi abuelo, pero desde entonces no he escrito nada por aquí y han pasado unas cuantas cosas... Pero lo primero es lo primero y tenía que publicar este homenaje a mi abuelo que escribí mientras todo el mundo estaba en la iglesia escuchando las chorradas del hombre de negro. No sé si molestgaría que no entrara o si alguien se dió cuenta siquiera, pero la verdad me importa una mierda, creo que dedicar esos minutos a pensar y escribir sobre él son mucho más respetuosos que andar levantandose y sentandose al ritmo de las palabras papagayas y sin sentimiento de un señor que no conocía de nada a mi abuelo.

esto es lo que escribí a la puerta de la iglesia:

Él deambulaba
aveces ni eso.
Y me hubiera
gustado tanto
saber tanto.

Aveces hablé
y él contaba
días de servir
a señoritos
y me gustaba
saber un poco.

Algunas tardes
entre sus sietas
y aquellas cenas
parecía ser
y me gustaba
que él fuera.

Pero quería
haber oído
tantas y tantas
historias suyas
de las guerrillas
y cocineros.


De sus recuerdos,
que los inventé
entre sus frases
y muchos sueños,
no la tengo a ella.

Nadie habló
de amor
pero él murió
hace once años
con ella.

Sus ilusiones
su corazón
su odio...
se fueron
con ella
y es sólo
recuerdos
prohibidos
y risas
muertas.

Y aún era él
entre sus siestas
y algunas cenas.

Aún era
si podía ser
sin ella.